Te veía tan claro,tan nítido.
Igual que si te tuviese delante.
Podía sentir tu aliento en mi cara,el aire de tus pestañas al pestañear.
Podía sentir el calor que desprendes.
Podía oler tu perfume,ese que sabes que me vuelve loca.
Sentí tus labios en mi piel y sentí un escalofrío recorriéndome la espalda hasta la nuca, erizándome la piel.
Sentí tus manos,firmes pegándome a ti,sin titubear.
Tan firme como siempre.
Sentí tu suspiro al acariciar tu cara,al repasar con mis dedos la forma de tus pómulos.
La forma de tus suaves labios.
Vi tus ojos cerrarse con calma.
Te vi dibujar una sonrisa al sentir mis caricias,al escucharme susurrar un te quiero en tu oído.
Sentí tu aliento en mi oído susurrando mi nombre con dulzura.
Y me vi sonreír,disfrutar de tu calor,de tu compañía.
Me vi siendo tan feliz…
Y sentí un suave mordisco en mi hombro.
Y me desperté.
Me dio tanta pena despertar y perderte,amor mío.
Pero me giré en la cama y te vi,dormido.
Respirando pausadamente,con los ojos cerrados y los labios relajados.
Y me di cuenta de que a veces,los sueños se hacen realidad superando con creces lo que soñamos.
Y me di cuenta de que a veces,la frase te amo puede quedarse muy corta para lo que nuestro corazón puede llegar a sentir.
Para lo que nuestra alma puede llegar a sentir.
Pero solo y siempre solo,cuando los sueños superan la realidad
